De Corazón a corazón: Fil 1,18-26 ("Para mí, la vida es Cristo"); Lc 14,1.7-11 ("El que se humilla será exaltado")
Contemplación, vivencia, misión: Nunca sabremos en esta tierra el grado en que una persona vive en Cristo como "bautizada", "injertada", "transformada" en él. El momento más aleccionador y auténtico es cuando nos reunimos para celebrar la Eucaristía y todos, sin excepción ni distinción, reconocemos nuestra realidad pecadora, pidiendo y ofreciendo la oración y el perdón. Lo que cuenta es la autenticidad (humildad, verdad) y la donación (caridad). Todo lo demás son dones recibidos para servir. Los dones son distintos; pero ante Dios, lo que vale es el grado de "vida en Cristo".
*En el día a día con la Madre de Jesús: "Vivir en Cristo" significa estar transformados en Cristo. La maternidad de María es un "influjo salvífico" (LG 60) continuo, que tiene eficacia en la medida en que imitemos su fe humilde y servicial ante los dones recibidos de Dios.
Para el AÑO DE LA FE, ver ficha enviada ayer (Benedicto XVI, Fe) y en la pestaña ESPIRITUALIDAD (Vocabulario) o en "Categorías" (lado izquierdo del blog)