EVANGELIO DEL DÍA

viernes, 28 de noviembre de 2014

Abusos sexuales en la Iglesia: Un cura condenado por pederastia trabaja para la diócesis de Córdoba | España | EL PAÍS

Abusos sexuales en la Iglesia: Un cura condenado por pederastia trabaja para la diócesis de Córdoba | España | EL PAÍS

Un cura condenado por pederastia trabaja para la diócesis de Córdoba

La Iglesia de Córdoba mantiene a un cura condenado por pederastia trabajando en la diócesis. Se trata de José Domingo Rey Godoy, religioso sentenciado en mayo de 2003 a 11 años de cárcel por abusar sexualmente de ocho menores de entre ocho y nueve años. El hombre obtuvo la libertad condicional en 2010. Durante los meses de octubre de 2000 a junio de 2001 abusó en el confesionario de varias niñas que se estaban preparando para recibir la primera comunión en la iglesia de El Salvador de Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba). Las agresiones —fundamentalmente tocamientos— se produjeron siendo obispo Francisco Javier Martínez, actual arzobispo de Granada. Allí se ha vuelto a vivir otro presunto caso de violencia sexual a menores por parte de tres curas y un profesor de religión que ha obligado a Martínez a pedir perdón públicamente.

Como ha ocurrido en Granada, donde los religiosos han seguido en activo con permiso de la diócesis, el obispo Martínez tampoco relevó nunca de su puesto de párroco a Rey Godoy. Y eso, a pesar de las gravísimas acusaciones que se le hacían por parte de las familias de las menores. "Queríamos que el obispo supiera lo que estaba pasando con él y que le sacara lejos de nuestro pueblo. Queríamos evitar el calvario que suponíamos que iba a suponer para nuestra hija si el caso se judicializaba", explicaba en 2010 una de las madres de las menores. Pero Martínez se mantuvo inamovible y dejó al cura al frente de una parroquia completamente polarizada entre quienes creían al religioso y quienes defendían a las niñas. No fue su único apoyo. Antonio Jurado Torrero, entonces vicario de la zona, representante del Obispado de Córdoba, respaldó plenamente "la buena conducta" y la moral de Rey Godoy.

El cura llegó a reconocer algún posible tocamiento "fortuito" y nunca libidinoso con alguna de las niñas

Ante esta falta de respuesta por parte de las autoridades eclesiásticas, las familias de las víctimas acudieron a un abogado. La presentación de la denuncia desató una guerra en el pueblo entre partidarios y detractores del sacerdote.

El sucesor de Martínez al frente del Obispado de Córdoba, Juan José Asenjo —hoy arzobispo de Sevilla— apartó finalmente a Rey Godoy de su puesto. El cura siempre ha negado todas las acusaciones que se le hicieron. Solo llegó a reconocer algún posible tocamiento "fortuito" y nunca libidinoso con alguna de las niñas.

No obstante, en el juicio, que se celebró en 2003, otras cuatro mujeres que entonces tenían entre 23 y 30 años —y entre las que se encontraba una catequista— testificaron contra el religioso. Todas dijeron haber sido víctimas de abusos similares por parte del acusado cuando ellas tenían edades similares al de las niñas que denunciaron a Rey Godoy.

El obispo Asenjo mostró su "apoyo y cercanía" al cura incluso meses antes de que ingresase en prisión

Una década después, la diócesis de Córdoba sigue manteniendo un mutismo absoluto sobre el asunto. Pero el silencio de la congregación no ha evitado el recuerdo de uno de los episodios más duros en la reciente historia de la Iglesia en la provincia. Visitación, la madre de una de las menores, expresó este jueves su rabia a Radio Córdoba Cadena SER: "Ellos sabrán lo que hacen, pero no me extraña que siga trabajando porque fueron capaces de mantenerlo como párroco durante los tres años que duró todo el proceso judicial".

A pesar de la condena de los jueces, Rey Godoy nunca perdió la comprensión de la Iglesia. El propio obispo Asenjo mostró su "apoyo y cercanía" al cura incluso meses antes de que éste ingresase en prisión. Su entrada entre rejas fue otro ejemplo de la polarización que vivió la sociedad cordobesa y especialmente la de Peñarroya. Parte del pueblo festejaba que el religioso estuviese ya entre rejas, mientras que 2.800 vecinos no dudaron en solicitar su indulto recogiendo firmas en favor del cura condenado.

Según señalaban hace cuatro años sus vecinos, Rey Godoy vivía en Córdoba con su familia. La propia web de la diócesis señala que el religioso, que ya ha cumplido su condena, trabaja como personal diocesano en el archivo.



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El denunciante de Granada señala a otros siete clérigos en la trama sexual - ABC de Sevilla

El denunciante de Granada señala a otros siete clérigos en la trama sexual - ABC de Sevilla

El denunciante de Granada señala a otros siete clérigos en la trama sexual

El denunciante de Granada señala a otros siete clérigos en la trama sexual

El principal denunciante de los tres clérigos y el profesor de Religión de Granada imputados por presuntos delitos contra la libertad e indemnidad sexual aseguró en su declaración que comenzó a sufrir abusos a los 14 años y que se prolongaron hasta los 17. Unos hechos en los que ha llegado a implicar a otros siete religiosos y a un segundo laico, pero que despiertan ciertas dudas en la autoridad judicial, quien ha incidido en determinadas «contradicciones» de su relato con respecto a la declaración que el miércoles tomó a los sacerdotes. Sobre las denuncias de la supuesta segunda víctima de los abusos, el juez señala que «aún no constan como indiciariamente acreditadas». Los curas, por su parte, ya en libertad, tachan de «mentira» todas las acusaciones.

El auto con el que el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Granada, Antonio Moreno, imputaba el miércoles a los cuatro detenidos, al que ha tenido acceso ABC, recoge con gran riqueza de detalles la versión del primer denunciante, que ahora tiene 24 años y que el pasado día 14 interpuso una denuncia ante la Fiscalía granadina. Antes, había trasladado los hechos al Arzobispado y remitido una carta al Papa Francisco, quien llegó a telefonearle.

En su declaración, el joven aseguró «haber sido víctima de continuados o permanentes abusos y agresiones sexuales por un grupo de sacerdotes incardinados en la Diócesis de Granada». Situación que presuntamente se produjo desde 2004 a 2007 y después de que el principal inculpado, el padre Román Martínez, que el lunes quedó en libertad con cargos tras abonar una fianza de 10.000 euros, «viese en mí una gran vocación para el sacerdocio». El denunciante precisó que los abusos se producían cuando dormía en la casa parroquial en la misma cama que el cura porque «me sentía presionado física y psicológicamente».

El relato adquiere tintes más crudos cuando asegura que en 2006 y 2007, «tras haber sido masajeado», fue objeto de una agresión sexual «con intento de penetración». Aunque apunta que fueron «varias veces», finalmente se alegan dos. Según se desprende de su testimonio, el padre Román sería quien lideraría un grupo de diez religiosos y dos laicos que participarían de prácticas sexuales en grupo, pero la investigación se ha saldado por ahora con cuatro arrestos. No obstante, aporta nombres y apellidos de otros siete sacerdotes y un seglar.

Pero en la declaración del joven, ahora residente en el norte de España, parecen detectarse algunas incongruencias. Una de ellas es que el denunciante, como se recoge en el auto, no es capaz de precisar si esta situación cesó «a finales de mayo o principios de junio de 2007 o 2008», cuando dejó el grupo. Ante esta circunstancia, la autoridad judicial señala en su auto que «se aprecian contradicciones en el relato y la descripción de los hechos en relación a lo actuado en el día de hoy [por el miércoles, día en que interrogó a los curas]». El abogado del denunciante, Jorge Aguilera, reconoció el jueves que «no es lo mismo que unos hechos se hayan cometido hace dos meses que en 2008 o antes», pero incidió en que su cliente «siempre ha confiado en la acción de la Justicia».
«Inocentes siempre»

Además de la fianza, al padre Román se le ha prohibido, por un periodo inicial de seis meses, acercarse a menos de 200 metros de los denunciantes, así como comunicar con ellos. El juez instructor sí advierte en su auto que «pueden haber existido otros actos de índole sexual sobre menores pendientes de conformación probatoria indiciaria». 



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El obispo de Tenerife dice hay un interés malévolo de desprestigiar a la Iglesia Católica | Actualidad | Cadena Ser

El obispo de Tenerife dice hay un interés malévolo de desprestigiar a la Iglesia Católica | Actualidad | Cadena Ser

El obispo de Tenerife dice hay un interés malévolo de desprestigiar a la Iglesia Católica

El obispo de Tenerife ha asegurado que tras las últimas denuncias de abusos sexuales contra sacerdotes hay un interés malévolo de desprestigiar a la Iglesia Católica y al Papa. En declaraciones a la SER Bernardo Álvarez ha dicho también que estadísticamente la mayor parte de abusos y malos tratos a niños se dan en las familias.

Hay casos de pederastia en el seno de la Iglesia, pero el obispo tinerfeño Bernardo Álvarez, apunta que algunos se produjeron hace 50 años y que airearlos esconde un interés malévolo por descalificar la institución.

Por eso, para el obispo, plantear el debate sobre el celibato ahora es tanto como aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid.

El obispo ha recordado también que la confesión es un sacramento sometido a sigilo sagrado, y no se puede por tanto usar.

'Ha habido fallos de la jerarquía con la pederastia'. 

Obispo de Tenerife: ''Dos de cada tres abusos se dan en el seno familiar, ¿hay que apartar a los niños de las familias?''. 



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