El denunciante de Granada señala a otros siete clérigos en la trama sexual
El principal denunciante de los tres clérigos y el profesor de Religión de Granada imputados por presuntos delitos contra la libertad e indemnidad sexual aseguró en su declaración que comenzó a sufrir abusos a los 14 años y que se prolongaron hasta los 17. Unos hechos en los que ha llegado a implicar a otros siete religiosos y a un segundo laico, pero que despiertan ciertas dudas en la autoridad judicial, quien ha incidido en determinadas «contradicciones» de su relato con respecto a la declaración que el miércoles tomó a los sacerdotes. Sobre las denuncias de la supuesta segunda víctima de los abusos, el juez señala que «aún no constan como indiciariamente acreditadas». Los curas, por su parte, ya en libertad, tachan de «mentira» todas las acusaciones.
El auto con el que el titular del juzgado de Instrucción número 4 de Granada, Antonio Moreno, imputaba el miércoles a los cuatro detenidos, al que ha tenido acceso ABC, recoge con gran riqueza de detalles la versión del primer denunciante, que ahora tiene 24 años y que el pasado día 14 interpuso una denuncia ante la Fiscalía granadina. Antes, había trasladado los hechos al Arzobispado y remitido una carta al Papa Francisco, quien llegó a telefonearle.
En su declaración, el joven aseguró «haber sido víctima de continuados o permanentes abusos y agresiones sexuales por un grupo de sacerdotes incardinados en la Diócesis de Granada». Situación que presuntamente se produjo desde 2004 a 2007 y después de que el principal inculpado, el padre Román Martínez, que el lunes quedó en libertad con cargos tras abonar una fianza de 10.000 euros, «viese en mí una gran vocación para el sacerdocio». El denunciante precisó que los abusos se producían cuando dormía en la casa parroquial en la misma cama que el cura porque «me sentía presionado física y psicológicamente».
El relato adquiere tintes más crudos cuando asegura que en 2006 y 2007, «tras haber sido masajeado», fue objeto de una agresión sexual «con intento de penetración». Aunque apunta que fueron «varias veces», finalmente se alegan dos. Según se desprende de su testimonio, el padre Román sería quien lideraría un grupo de diez religiosos y dos laicos que participarían de prácticas sexuales en grupo, pero la investigación se ha saldado por ahora con cuatro arrestos. No obstante, aporta nombres y apellidos de otros siete sacerdotes y un seglar.
Pero en la declaración del joven, ahora residente en el norte de España, parecen detectarse algunas incongruencias. Una de ellas es que el denunciante, como se recoge en el auto, no es capaz de precisar si esta situación cesó «a finales de mayo o principios de junio de 2007 o 2008», cuando dejó el grupo. Ante esta circunstancia, la autoridad judicial señala en su auto que «se aprecian contradicciones en el relato y la descripción de los hechos en relación a lo actuado en el día de hoy [por el miércoles, día en que interrogó a los curas]». El abogado del denunciante, Jorge Aguilera, reconoció el jueves que «no es lo mismo que unos hechos se hayan cometido hace dos meses que en 2008 o antes», pero incidió en que su cliente «siempre ha confiado en la acción de la Justicia».
«Inocentes siempre»
Además de la fianza, al padre Román se le ha prohibido, por un periodo inicial de seis meses, acercarse a menos de 200 metros de los denunciantes, así como comunicar con ellos. El juez instructor sí advierte en su auto que «pueden haber existido otros actos de índole sexual sobre menores pendientes de conformación probatoria indiciaria».
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