De Corazón a corazón: 2Re 19,9-36 (Derrota de Senaquerib. "Sólo tú eres Dios… saldrá un Resto de Jerusalén"); Sal 48,2; Mt 7,6-14 ("Pedid… buscad… llamad… Cuánto más vuestro Padre… Cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos")
Contemplación Vivencia Misión: Los hombres prestamos más atención a la superficie de los acontecimientos, con sus éxitos y fracasos. La verdadera historia se escribe en el corazón y en la vida de los "sencillos" y "pobres", "el resto", casi siempre marginado, pero muy dentro del corazón de Dios. En una humanidad "envejecida", "cansada", Dios nos hace renacer con la juventud de un amor que sabe compartir con gratuidad. Es el único premio o corona de laurel que nunca se marchita. Relacionarse con Dios es sencillo, si uno sabe escucharle, dejarse sorprender y dejarse cuestionar, confiar filialmente como un hijo en el regazo de su madre, "estando con quien sabemos que nos ama" (Santa Teresa de Jesús).
* En el día a día con la Madre de Jesús: La relación fraterna con los demás es expresión de la autenticidad de nuestra oración y relación con Dios. María, en la visitación a su prima y en Caná, estaba atenta a las necesidades de los demás.