TOMAR LA CRUZ PARA SEGUIR A CRISTO
Fray Rufino fue uno de los primeros seguidores de San Francisco, también oriundo de la ciudad de Asís. Venía de una familia noble, era primo de Santa Clara. Era tímido e introvertido, y le batallaba parar ir por limosnas y para predicar. La inconformidad que fue engendrando por eso, dio pie a que el demonio le pusiera una tentación. Disfrazado de ángel de luz, le dijo que Francisco estaba condenado y todos los que tuvieran trato con él. Por lo tanto, Fr Rufino se alejó de la fraternidad, y se fue a vivir como ermitaño al monte. Pero Francisco se preocupó por él y fue a buscarlo. Y aunque el fraile engañado trató de eludirlo, finalmente Francisco logró hablar con él. Cuando le dijo lo que estaba pasando, Francisco le dijo que era una tentación del demonio, y que para probarlo, la próxima vez que le hablara le dijera un insulto, cosa que el demonio por ser tan soberbio no soporta. Y en efecto así pasó, cuando el demonio volvió y quiso regañar a Fr Rufino por hablar con Francisco, le dijo un insulto que hizo que el demonio se alejara haciendo mucho barullo. Fr Rufino volvió rápidamente con los frailes, y aprendió a no caer en esas tentaciones del maligno.
La semana pasada veíamos en el Evangelio como Pedro recibía las llaves del reino de los cielos, y muchas promesas divinas. En esta lo vemos ser llamado "satanás" por el mismo Jesús, ya que se deja llevar por los criterios humanos contrarios a los proyectos divinos. Y es que el demonio es tan sutil en su manera de tentar al hombre para alejarlo de los caminos de Dios.
Vale la pena tomar la cruz, y seguir a Jesucristo.
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