SALMO Sal 5, 2-3a. 5-6. 7 (R.: 2b)
R. Señor, atiende a mis gemidos.
Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos;
oye mi clamor, mi Rey y mi Dios.
atiende a mis gemidos;
oye mi clamor, mi Rey y mi Dios.
R. Señor, atiende a mis gemidos.
Tú no eres un Dios que ama la maldad;
ningún impío será tu huésped,
ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.
ningún impío será tu huésped,
ni los orgullosos podrán resistir
delante de tu mirada.
R. Señor, atiende a mis gemidos.
Tú detestas a los que hacen el mal
y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!
y destruyes a los mentirosos.
¡Al hombre sanguinario y traicionero
lo abomina el Señor!
R. Señor, atiende a mis gemidos.
stagduran
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