De Corazón a corazón: Gen 46,1-7.28-30 (Jacob con su familia baja a Egipto y encuentra a José); Mt 10,16-23 ("Os entregarán a los tribunales… para que deis testimonio… Será el Espíritu de vuestro Padre el que hablará por vosotros")
Contemplación, vivencia, misión: El Evangelio sólo puede leerse o escucharse desde los latidos del Corazón de Jesús. Dificultades las habrá siempre, pero él está presente viviéndolas con nosotros, con actitud de "cordero" inmolado, que ama dándose él, Las dificultades no se vencen mordiendo, sino amando con más intensidad. Esto sólo es posible bajo la acción del Espíritu de amor. La historia de cada ser humano (como la de Jacob o de José) es historia de gracia y amor, de presencia especial de Dios, dentro de la historia global de salvación, en el mismo proyecto de la vida de Jesús.
*En el día a día con la Madre de Jesús: El mismo Espíritu Santo que hizo posible la concepción virginal de María, es quien guió toda su vida para ser discípula, destello e instrumento de Cristo.
AÑO DE LA FE: "Comunión con el Sucesor de Pedro, «principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comunión» (Lumen gentium, 18)" (Papa Francisco, homilía 29 junio 2013). "Benedicto XVI decidió convocar este Año de la Fe, un tiempo de gracia que nos está ayudando a sentir la gran alegría de creer, a reavivar la percepción de la amplitud de horizontes que la fe nos desvela, para confesarla en su unidad e integridad, fieles a la memoria del Señor, sostenidos por su presencia y por la acción del Espíritu Santo" (Papa Francisco, enc. Lumen Fidei, n.5)
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