De Corazón a corazón: Hech 16,11-15 ("A Lidia… el Señor le abrió el corazón para que se adhiriese a las palabras de Pablo"); Jn 15,26-16,4 ("El Espíritu dará testimonio de mí… también vosotros daréis testimonio")
Contemplación, vivencia, misión: El mismo Espíritu de amor que, de algún modo, ya se derramó en la creación entera, se nos comunica ahora como participación en la misma vida divina de Dios Amor. Este amor es el único que puede abrir el corazón humano para recibir al mismo Jesús como Palabra personal del Padre. A Jesús sólo se le conoce amando. La prueba de "conocer" a Jesús y de haberle encontrado, es la capacidad de transformar la propia vida en verdadera donación.
*En el día a día con la Madre de Jesús: María "es muy amiga del Espíritu Santo, y Él de ella. En sus entrañas el incomprensible cupo... y esto todo por obra del Espíritu Santo... Conoce muy bien el Espíritu Santo las entrañas de la Virgen, conoce muy bien aquel su corazón tan limpísimo" (S. Juan de Ávila, Sermón 30).
AÑO DE LA FE: La gran desgracia de los seguidores de Cristo consiste en aceptarle como adorno que no compromete. "La fe cristiana está toda ella centrada en la relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Quien ama al Señor Jesús, acoge en sí a Él y al Padre, y gracias al Espíritu Santo acoge en su corazón y en su propia vida el Evangelio" (Papa Francisco, 5 mayo 2013)
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