De Corazón a corazón: Hech 9,1-20 ("Yo soy Jesús a quien tú persigues"); Jn 6,52-59 ("Quien me coma, vivirá por mí")
Contemplación, vivencia, misión: El encuentro con Cristo es una sorpresa que Él mismo hace posible, suscitando en cada corazón el deseo de una vida auténtica. Quien busca la verdad, le busca a Él. Después de un primer encuentro, por la fe y el bautismo, hay que crecer en esta vivencia, no sólo como sintonía, sino especialmente como entrega personal y participación en su misma vida. Es un proceso de continua "conversión" hacia una donación total.
*En el día a día con la Madre de Jesús: La intimidad con Cristo se aprende en sintonía con el Corazón materno de María: "San Luís María Grignion de Montfort proponía a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo" (Bto. Juan Pablo II, RMa 48).
AÑO DE LA FE: "La fe de los primeros discípulos se basaba en una experiencia fuerte y personal de Cristo crucificado y resucitado; no tenían miedo de nada ni de nadie, e incluso miraban la persecución como un honor, lo que les permitía seguir los pasos de Jesús y asemejarse a Él, dando testimonio con sus vidas" (Papa Francisco, Regina coeli, 14 abril 2013)
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