De Corazón a corazón: Hech 6,1-7 ("Nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra"); Jn 6,16-21 ("Soy yo, no temáis")
Contemplación, vivencia, misión: Cada discípulo de Cristo es una historia de su presencia como resucitado. Cuando uno cree en él y le ama de verdad, no ve fantasmas, sino huellas de su presencia. Si el apóstol se dedica a amarle y hacerle amar, entonces "experimenta la presencia de Cristo que lo acompaña en todo momento de su vida" (Bto. Juan Pablo II, RMi 88).
*En el día a día con la Madre de Jesús: La "presencia" de María es "activa y materna" (Bto. Juan Pablo II, RMa 1,24). El concilio Vaticano II la describe con un "influjo salvífico" (LG 60). Jesús Resucitado, que nos acompaña, ha glorificado a su Madre y nuestra en su Asunción, para que también nos acompañe con él.
AÑO DE LA FE: "La resurrección de Cristo es nuestra mayor certeza, es el tesoro más precioso! ¿Cómo no compartir con otros este tesoro, esta certeza? No es sólo para nosotros, es para transmitirla, para darla a los demás, compartir con los demás" (Papa Francisco 3 abril 2013)
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