De Corazón a corazón: Hech 14,19-28 ("Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios"); Jn 14,27-31 ("No se turbe vuestro corazón… Me voy y volveré a vosotros")
Contemplación, vivencia, misión: La vida es un juego de luces y sombras, de presencias y ausencias. Jesús es la clave: cuando sentimos su ausencia, es que está más presente para hacernos colaboradores de la redención. La salvación del mundo no se realiza sin la ofrenda de la propia vida (cfr. Heb 9,22: "sin efusión de sangre no hay redención"). Sería iluso quien quisiera cambiar el mundo sin cambiar su corazón. Cambiar los "andamios" de las estructuras, sin afianzar las "piedras vivas", sería puro adorno.
*En el día a día con la Madre de Jesús: Afrontando nuestras dificultades con amor, colaboramos con Ella a la nueva creación: "Se consagró totalmente a sí misma, cual, esclava del Señor, a la Persona y a la obra de su Hijo, sirviendo al misterio de la Redención con El y bajo El, por la gracia de Dios omnipotente" (LG 56).
AÑO DE LA FE: "Que ella, que siguió con fe a su Hijo hasta el Calvario, nos ayude a caminar tras él, llevando con serenidad y amor su cruz, para llegar a la alegría de la Pascua" (Papa Francisco, 24 marzo 2013).
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