De Corazón a corazón: Ex 3,1-8.13-15 ("La zarza no se consumía"); 1Cor 10,1-6.10-12 ("Todos bebían de la misma bebida espiritual… la roca era Cristo"); Lc 13,1-9 ("Si no os convertís… Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto y no lo encontró")
Contemplación, vivencia, misión: La historia humana es siempre un camino de sorpresas. Dios Amor está presente desde el inicio, como único principio de todo. Se ha ido comunicando según su propia iniciativa en el corazón del ser humano y en de todos los pueblos. En el pueblo escogido quiso hacerse presente de modo especial, dejando entrever su "trascendencia" e intimidad salvífica ("Yo soy", en la zarza sin consumirse), apuntando hacia su nueva presencia como "Emmanuel". Pero esta nueva donación de Dios implica nueva "apertura" ("conversión"), descalzarse, desprenderse de los propios esquemas. Siempre ha habido y habrá uvas agraces e higueras estériles.
* En el día a día con la Madre de Jesús: "La Iglesia vive, crece y se despierta en las almas, que, como la Virgen María, acogen la Palabra de Dios y la conciben por obra del Espíritu Santo; ofrecen a Dios la propia carne y, precisamente en su pobreza y humildad, se hacen capaces de engendrar a Cristo hoy en el mundo" (Benedicto XVI, despedida, 28 febrero 2013).
AÑO DE LA FE. El testimonio de fe de Benedicto XVI: ''No abandono la cruz, sino que permanezco de un modo nuevo ante el Señor Crucificado'' (última audiencia general, 27 febrero 2013).
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