De Corazón a corazón: Jos 5,9-12 ("Hoy os he quitado de encima el oprobio de Egipto… Celebraron allí la Pascua"); 2Cor 5,17-21 ("El que está en Cristo es una nueva criatura… le hizo pecado por nosotros"); Lc 15,1-3.11-32 (Hijo pródigo: "Estando él todavía lejos, le vio su padre… y conmovido, corrió… y le besó").
Contemplación, vivencia, misión: La parábola del hijo pródigo es siempre nueva. Todos los detalles están elaborados en el Corazón de Jesús, pensando en cada uno de nosotros. La "compasión" del Padre es como ternura materna. El cariño con que el Padre dice "mi hijo", es como cuando en el bautismo y en el Tabor, el Padre dijo "ni Hijo amado". El enigma es siempre el del hijo mayor, como exponente de todos vericuetos egoístas que hay en el corazón humano.
* En el día a día con la Madre de Jesús: En Cristo, ya somos hijos en el Hijo, "nueva creación", fruto de su "Pascua". Basta con dar el primer paso, con Él, para escuchar los latidos del corazón "materno" de Dios, que se reflejan en el amor materno y misericordioso de María.
AÑO DE LA FE: "La historia de la salvación en su totalidad nos muestra de modo progresivo este vínculo íntimo entre la Palabra de Dios y la fe, que se cumple en el encuentro con Cristo" (Benedicto XVI, VDo 25). La elección del nuevo sucesor de Pedro está estrechamente relacionada con las horas de oración eucarística junto al Sagrario, de corazón a corazón…
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