De Corazón a corazón: Heb 5,1-10 ("Aunque era hijo, en el sufrimiento aprendió a obedecer… y se convirtió para todos aquellos que le obedecen en principio de salvación eterna… Sumo Sacerdote"); Mc 2,18-22 ("Vendrán días en que les quiten al esposo, y entonces ayunarán… el vino nuevo se echa en odres nuevos"). Para Santa Inés: Ap 7,9-17; Mt 10,34-39 (ver Año Litúrgico, Santos, común de vírgenes o mártires)
Contemplación, vivencia, misión: El modo de hablar de Jesús nos podría desconcertar si no entráramos en su onda. Él se llama "esposo", es decir, que "comparte nuestra suerte", para darnos un "vino nuevo" o vida nueva en el Espíritu. Lo importante es dejarse sorprender como "odres nuevos". Es el "Hijo de Dios", que asume nuestra historia de sufrimiento releyéndola desde los proyectos de Dios Amor y ofreciendo su propia vida para restaurarla.
*En el día a día con la Madre de Jesús: Esta realidad sacerdotal comenzó en el seno de María, cuando se ofreció por nosotros (cfr. Heb 10,5-7), y ahora continúa con su "intercesión" sacerdotal ante el Padre (cfr. Heb 7,25).
AÑO DE LA FE: "Lo que ilumina y da sentido pleno a la historia del mundo y del hombre comienza a brillar en la cueva de Belén" (Benedicto XVI, catequesis 12 dic. 2012)
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