De Corazón a corazón: Ecle 1,2-11 ("Vanidad de vanidades y todo vanidad"); Lc 9,7-9 ("Herodes… buscaba verle")
Contemplación, vivencia, misión: Todo pasa: tiempo, palabras, gestos… Sólo queda la verdad de la donación. Dios se refleja en la mirada de quienes le buscan haciendo el bien a los hermanos y compartiendo con ellos los dones recibidos. Herodes tenía los ojos cejados porque, entre otros desmanes, había asesinado a San Juan Bautista. A Dios no se le encuentra en teorías prefabricadas, sino en la realidad de la convivencia humana y de una historia construida en el amor. A Jesús se le encuentra cuando abrimos el corazón y mostramos rostro alegre a cada hermano que necesita de nosotros. Los más pobres entre los más pobres son aquellos que parecen no necesitar de nada.
*En el día a día con la Madre de Jesús: Las noticias sobre Herodes también llegaban a los oídos y al Corazón de María. La muerte del "precursor" de Jesús era la de quien "preparaba los caminos" para encontrarle. Los "precursores" de Jesús tienen un lugar reservado en el Corazón de María.
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