De Corazón a corazón: Ez 16,1-15.60-63 ("Pasé junto a ti… hice Alianza contigo y fuiste mía") ; Is 12,2; Mt l9,3-12 ("Lo que Dios unió no lo separe el hombre")
Contemplación, vivencia, misión: Frecuentemente oímos la palabra "Alianza", como cuando tiene lugar el sacrifico eucarístico de Cristo (la "Misa"). Dios ha querido establecer un "pacto de amor", que él mismo compara al amor matrimonial. Todo ser humano está llamado a entrar en esta intimidad de Dios. Gracias al sacrificio redentor de Cristo, es posible vivir esta realidad familiar con Dios. Sin este amor nupcial de Dios, manifestado en Cristo, no se entiende el matrimonio ni nada del cristianismo.
* En el día a día con la Madre de Jesús: Todo corazón humano ha sido creado para reflejar el amor de Dios, que es la máxima unidad vital. En el matrimonio cristiano, esta unidad indisoluble la hace posible el "sí" de Cristo pronunciado por los esposos en su nombre. En la virginidad aparece que, al pertenecer totalmente a Cristo, María es la máxima Madre porque es la máxima Virgen.
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