De Corazón a corazón: Os 2,16-18.21-22 ("La seduciré, la llevaré al desierto y le hablaré al corazón… Te desposaré para siempre"); Sal 145,2; Mt 9,18-26 ("Con sólo tocar su manto, quedaré curada")
Contemplación, vivencia, misión: No estamos muy acostumbrados al lenguaje de verdadero amor que usa Dios por medio de los profetas. El Señor habla de "seducir" o conquistar, de invitación a la soledad y al diálogo de corazón a corazón, de desposorio… Todo este lenguaje se resume en la palabra "Alianza", que Jesús nos ha transmitido como pacto de amor sellado con su sangre. Ante este amor, sólo cabe la confianza en quien nunca abandona.
* En el día a día con la Madre de Jesús: La presencia de Jesús en nuestra vida, especialmente por la Eucaristía y por su Palabra viva, infunde la confianza y el gozo de no sentirse nunca solos. María, que había "toado" y envuelto al niño Jesús en pañales (cfr. L 2,7), es modelo de esa fe confiada que se deja sorprender por el Señor.
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