De Corazón a corazón: 1Re 18,41-46 ("Elías subió a la cima del Carmelo… Hay una nubecilla"); Mt 5,20-26 ("Vete primero a reconciliarte con tu hermano")
Contemplación, vivencia, misión: Toda ofrenda hecha a Dios es válida si está en sintonía con la oblación de Cristo que murió por todos, amando y perdonando. No hay otra cima para llegar a Dios, que la cima del Calvario, desde donde se vislumbran y comunican los "torrentes de agua viva". Jesús lleva en su corazón a toda la humanidad, también a quienes le crucifican. Del Corazón de Cristo, abierto por la lanza, brotó el agua de una nueva vida, que es vida en el Espíritu de amor. "La misericordia de Dios es como un torrente desbordado; arrastra los corazones cuando pasa" (Cura de Ars).
En el día a día con la Madre de Jesús: "Junto a la cruz" latía el Corazón de María, figura de la Iglesia, Madre de misericordia. "La Virgen María nos ha engendrado dos veces, en la Encarnación y a los pies de la Cruz: es, pues, dos veces nuestra Madre" (Cura de Ars).
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