De Corazón a corazón: Sof 3,14-18 ("Alégrate… el Señor está en medio de ti") / Rom 12,9-16 ("caridad sin fingimientos… alegría de la esperanza"); Is 12,2; Lc 1,39-56 ("¿De dónde a mí que me venga a visitar la Madre de mi Señor?... Mi alma glorifica al Señor")
Contemplación, vivencia, misión: Todo rezuma alegría, esperanza y amor, cuando está presente Ella, que sigue cumpliendo el encargo materno recibido del Señor. Pero su visita es siempre en nuestras circunstancias del día a día, si no huimos de ellas y si las queremos convertir, como Ella y con Ella, en servicio de donación. Entonces "completamos" y actualizamos su "sí" y su "Magníficat", en sintonía con Jesús presente en su Corazón y en el nuestro.
*En el día a día con la Madre de Jesús: Nos visita, dejémosla entrar. "Madre nuestra desde siempre, no te canses de visitarnos, consolarnos, sostenernos… queremos acogerte de un modo más profundo y radical, para siempre y totalmente, en nuestra existencia humana y sacerdotal. Que tu presencia haga reverdecer el desierto de nuestras soledades" (Benedicto XVI, Fátima, 12 mayo 2010).
(Para el jueves de la semana octava T.O., ver: Año Litúrgico)
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