EVANGELIO DEL DÍA: 19/04/2011
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Martes Santo
Libro de Isaías 49,1-6.
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre.
El hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba.
El me dijo: "Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré".
Pero yo dije: "En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza". Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios.
Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza.
El dice: "Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra".
Salmo 71(70),1-2.3-4a.5-6ab.15.17.
Yo me refugio en ti, Señor, ¡que nunca tenga que avergonzarme!
Por tu justicia, líbrame y rescátame, inclina tu oído hacia mí, y sálvame.
Sé para mí una roca protectora, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.
¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío, de las garras del malvado y del violento!
Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud.
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector, y mi alabanza está siempre ante ti.
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector, y mi alabanza está siempre ante ti.
Mi boca anunciará incesantemente tus actos de justicia y salvación, aunque ni siquiera soy capaz de enumerarlos.
Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas.
Evangelio según San Juan 13,21-33.36-38.
Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente: "Les aseguro que uno de ustedes me entregará".
Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería.
Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús.
Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: "Pregúntale a quién se refiere".
El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién es?".
Jesús le respondió: "Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato". Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.
En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: "Realiza pronto lo que tienes que hacer".
Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto.
Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: "Compra lo que hace falta para la fiesta", o bien que le mandaba dar algo a los pobres.
Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche.
Después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'.
Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿adónde vas?". Jesús le respondió: "A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás".
Pedro le preguntó: "¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti".
Jesús le respondió: "¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces".
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre.
El hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba.
El me dijo: "Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré".
Pero yo dije: "En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza". Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios.
Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza.
El dice: "Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra".
Salmo 71(70),1-2.3-4a.5-6ab.15.17.
Yo me refugio en ti, Señor, ¡que nunca tenga que avergonzarme!
Por tu justicia, líbrame y rescátame, inclina tu oído hacia mí, y sálvame.
Sé para mí una roca protectora, tú que decidiste venir siempre en mi ayuda, porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.
¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío, de las garras del malvado y del violento!
Porque tú, Señor, eres mi esperanza y mi seguridad desde mi juventud.
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector, y mi alabanza está siempre ante ti.
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre; desde el seno materno fuiste mi protector, y mi alabanza está siempre ante ti.
Mi boca anunciará incesantemente tus actos de justicia y salvación, aunque ni siquiera soy capaz de enumerarlos.
Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud, y hasta hoy he narrado tus maravillas.
Evangelio según San Juan 13,21-33.36-38.
Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente: "Les aseguro que uno de ustedes me entregará".
Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería.
Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús.
Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: "Pregúntale a quién se refiere".
El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién es?".
Jesús le respondió: "Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato". Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.
En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: "Realiza pronto lo que tienes que hacer".
Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto.
Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: "Compra lo que hace falta para la fiesta", o bien que le mandaba dar algo a los pobres.
Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche.
Después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'.
Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿adónde vas?". Jesús le respondió: "A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás".
Pedro le preguntó: "¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti".
Jesús le respondió: "¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces".
San Juan Crisóstomo (v. 345-407), Padre de Antioquía después Obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia.
Homilía sobre la conversión, n°1
"Judas salió inmediatamente, era de noche"
Judas había expresado su arrepentimiento:"He pecado entregando sangre inocente" (Mt. 27:4). Pero el diablo, que había entendido estas palabras, comprendió que Judas estaba en el buen camino y esta transformación le asusta. Después reflexionó: Su maestro es benevolente, pensó; en el momento que fue traicionado por él, lloró por su suerte y le ha apelado de mil maneras, sería sorprendente si no lo recibe cuando se arrepiente con toda su alma, se da por vencido para que le ayuden si se levanta y reconoce su culpa. ¿No es por esto por lo qué fue crucificado? Después de estas reflexiones, introdujo una profunda tristeza en la mente de Judas, y lo empujó a una inmensa desesperación, lo desconcertó, y le acosó hasta que él se las arregla para empujarlo al suicidio para privarlo de la vida después de despojarlo de sus sentimientos de arrepentimiento.
No hay duda de que, de haber estado aun vivo se habría salvado: sólo hay que ver el ejemplo de los verdugos. En efecto, si Cristo ha salvado a los que le crucificaron; si, incluso en la cruz, ruega al Padre e intercede por el perdón de sus pecados (Lucas 23:34), ¿cómo no habría acogido al traidor con una benevolencia total, donde se ha demostrado la sinceridad de su conversión? ... Pedro le negó tres veces después de participar en la comunión de los santos misterios, y sus lágrimas le absolvieron (Mt 26,75, Jn 21,15 s). Pablo, el perseguidor, el blasfemo, el presuntuoso, Pablo que no sólo ha perseguido al crucificado sino a todos sus discípulos, se convirtió en apóstol después de su conversión. Dios sólo nos pide una ligera penitencia para concedernos el perdón de nuestros pecados.
No hay duda de que, de haber estado aun vivo se habría salvado: sólo hay que ver el ejemplo de los verdugos. En efecto, si Cristo ha salvado a los que le crucificaron; si, incluso en la cruz, ruega al Padre e intercede por el perdón de sus pecados (Lucas 23:34), ¿cómo no habría acogido al traidor con una benevolencia total, donde se ha demostrado la sinceridad de su conversión? ... Pedro le negó tres veces después de participar en la comunión de los santos misterios, y sus lágrimas le absolvieron (Mt 26,75, Jn 21,15 s). Pablo, el perseguidor, el blasfemo, el presuntuoso, Pablo que no sólo ha perseguido al crucificado sino a todos sus discípulos, se convirtió en apóstol después de su conversión. Dios sólo nos pide una ligera penitencia para concedernos el perdón de nuestros pecados.
San Expedito
Santo de la Causas Justas y Urgentes Es contemporáneo de Santa Filomena, y su martirio ocurrió el 19 de Abril del año 303. Vivió a principios del siglo IV bajo el imperio de Diocleciano, emperador que años más tarde lo mandaría a matar. Era el comandante de una legión de soldados romanos.
Por orden del emperador Diocleciano, fue sacrificado en Melitene, sede de una de la Provincias Romanas en Armenia. Junto con él murieron sus compañeros de armas: Caio, Gálatas, Hermógenes, Aristónico y Rufo. A pesar de ser un soldado romano, encargado de defender el Imperio de Roma, cierto día, la gracia de Dios tocó su corazón y se convirtió al Cristianismo.
Según dicen en el momento de la conversión un cuervo trató de persuadirlo que lo dejase para MAÑANA. Como buen soldado, san Expedito reaccionó enérgicamente aplastando al cuervo diciendo repetidas veces HOY. No dejaré nada para MAÑANA, a partir de HOY seré cristiano. San Expedito es reconocido por el Don para resolver necesidades urgentes pero también es Patrono de los Jóvenes, Socorro de los Estudiantes, Mediador en los Procesos y Juicios, Salud de los Enfermos, Protector en los Problemas de Familia, Laborales y Negocios, pudiendo ser invocado en otros casos.
Oremos
¡Glorioso San Expedito, mártir, protector nuestro! Sabiendo que eres por Dios escuchado, venimos a presentarte nuestras súplicas. Tú conoces mis necesidades más urgente. Las ponemos en tus manos. (decimos nuestra intención .............. ) Esperamos que nos alcances ante Dios una pronta solución. Deseamos sentir hoy mismo tu protección. A la vez te pedimos que nos obtengas de Dios una fe firme que jamás desfallezca, una ardiente caridad que nos colme en su amor y en el amor a los demás y una esperanza alegre aún en medio de nuestros problemas, que nos ayude a difundir tu devoción. Lo suplicamos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén
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