EVANGELIO DEL DÍA 16/08/2010
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Lunes de la XX Semana del Tiempo Ordinario
Libro de Ezequiel 24,15-24.
La palabra del Señor me llegó en estos términos:
Hijo de hombre, yo voy a arrebatarte de golpe la delicia de tus ojos, pero tú no te lamentarás, ni llorarás, ni derramarás lágrimas.
Suspira en silencio, no hagas ninguna clase de duelo, cíñete el turbante, cálzate con sandalias, no te cubras la barba ni comas pan de duelo.
Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi esposa; y a la mañana siguiente hice lo que se me había ordenado.
La gente me dijo: "¿No vas a explicarnos qué significa lo que haces?".
Yo les dije: Las palabra del Señor me llegó en estos términos:
Di a la casa de Israel: Así habla el Señor: Yo voy a profanar mi Santuario, el orgullo de su fuerza, la delicia de sus ojos y la esperanza de sus vidas. Los hijos y las hijas que ustedes han dejado, caerán bajo la espada,
y ustedes harán lo mismo que yo: no se cubrirán la barba, no comerán el pan de duelo,
no se quitarán el turbante de la cabeza ni las sandalias de los pies, no se lamentarán, ni llorarán, sino que se consumirán a causa de sus culpas y gemirán unos con otros.
Ezequiel habrá sido para ustedes un presagio: ustedes harán lo mismo que él hizo, y cuando esto suceda sabrán que yo soy el Señor.
Deuteronomio 32,18-19.20.21.
Así despreciaste a la Roca que te engendró, olvidaste al Dios que te hizo nacer.
Al ver esto, el Señor se indignó y desechó a sus hijos y a sus hijas.
Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro, para ver en qué terminan. Porque son una generación perversa, hijos faltos de lealtad.
Provocaron mis celos con algo que no es Dios, me irritaron con sus ídolos vanos; yo provocaré sus celos con algo que no es un pueblo, los irritaré con una nación insensata.
Evangelio según San Mateo 19,16-22.
Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?".
Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos".
"¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo".
El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?".
"Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.
La palabra del Señor me llegó en estos términos:
Hijo de hombre, yo voy a arrebatarte de golpe la delicia de tus ojos, pero tú no te lamentarás, ni llorarás, ni derramarás lágrimas.
Suspira en silencio, no hagas ninguna clase de duelo, cíñete el turbante, cálzate con sandalias, no te cubras la barba ni comas pan de duelo.
Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi esposa; y a la mañana siguiente hice lo que se me había ordenado.
La gente me dijo: "¿No vas a explicarnos qué significa lo que haces?".
Yo les dije: Las palabra del Señor me llegó en estos términos:
Di a la casa de Israel: Así habla el Señor: Yo voy a profanar mi Santuario, el orgullo de su fuerza, la delicia de sus ojos y la esperanza de sus vidas. Los hijos y las hijas que ustedes han dejado, caerán bajo la espada,
y ustedes harán lo mismo que yo: no se cubrirán la barba, no comerán el pan de duelo,
no se quitarán el turbante de la cabeza ni las sandalias de los pies, no se lamentarán, ni llorarán, sino que se consumirán a causa de sus culpas y gemirán unos con otros.
Ezequiel habrá sido para ustedes un presagio: ustedes harán lo mismo que él hizo, y cuando esto suceda sabrán que yo soy el Señor.
Deuteronomio 32,18-19.20.21.
Así despreciaste a la Roca que te engendró, olvidaste al Dios que te hizo nacer.
Al ver esto, el Señor se indignó y desechó a sus hijos y a sus hijas.
Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro, para ver en qué terminan. Porque son una generación perversa, hijos faltos de lealtad.
Provocaron mis celos con algo que no es Dios, me irritaron con sus ídolos vanos; yo provocaré sus celos con algo que no es un pueblo, los irritaré con una nación insensata.
Evangelio según San Mateo 19,16-22.
Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?".
Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos".
"¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo".
El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?".
"Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.
Mt 19,16-22
San Juan de la Cruz (1542-1591), carmelita descalzo, doctor de la Iglesia
Avisos y máximas 169-175
«Ven, sígueme»
Cuanto más te separes de las cosas de la tierra, más te acercarás a las del cielo y más encontrarás las riquezas de Dios.
El que sabrá morir a todo, encontrará vida en todo.
Apártate del mal, haz el bien, busca la paz (Sl 33,14).
El que se queja o murmura no es nada perfecto, ni tan sólo buen cristiano.
Es humilde el que se esconde en su propia nada y sabe abandonarse a Dios.
Es pacífico el que sabe soportar al prójimo y soportarse a sí mismo.
Si quieres ser perfecto, vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, después vuélvete hacia Cristo para obtener de él la suavidad y la humildad, y síguele hasta el Calvario y el sepulcro.
El que sabrá morir a todo, encontrará vida en todo.
Apártate del mal, haz el bien, busca la paz (Sl 33,14).
El que se queja o murmura no es nada perfecto, ni tan sólo buen cristiano.
Es humilde el que se esconde en su propia nada y sabe abandonarse a Dios.
Es pacífico el que sabe soportar al prójimo y soportarse a sí mismo.
Si quieres ser perfecto, vende tu voluntad y dala a los pobres de espíritu, después vuélvete hacia Cristo para obtener de él la suavidad y la humildad, y síguele hasta el Calvario y el sepulcro.
San Roque
San Roque
Enfermero. Año 1378. Roque significa: "Fuerte como roca". Este santo se ha hecho famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él.
San Roque nació en Montpellier, de una familia sumamente rica. Muertos sus padres, él vendió todas sus posesiones, repartió el dinero entre los pobres y se fue como un pobre peregrino hacia Roma a visitar santuarios. Y en ese tiempo estalló la peste de tifo y las gentes se morían por montones por todas partes. Roque se dedicó entonces a atender a los más abandonados. A muchos logró conseguirles la curación con sólo hacerles la señal de la Santa Cruz sobre su frente. A muchísimos ayudó a bien morir, y él mismo les hacía la sepultura, porque nadie se atrevía a acercárseles por temor al contagio. Con todos practicaba la más exquisita caridad.
Así llegó hasta Roma, y en esa ciudad se dedicó a atender a los más peligrosos de los apestados. La gente decía al verlo: "Ahí va el santo". Y un día mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también él contagiado de la enfermedad. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras. Para no ser molesto a nadie, se retiró a un bosque solitario, y en el sitio donde él se refugió, ahí nació un aljibe de agua cristalina, con la cual se refrescaba.
Y sucedió que un perro de una casa importante de la ciudad empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo e irse al bosque a llevárselo a Roque. Después de varios días de repetirse el hecho, al dueño le entró curiosidad, y siguió los pasos del perro, hasta que encontró al pobre llaguiento, en el bosque. Entonces se llevó a Roque a su casa y lo curó de sus llagas y enfermedades. Apenas se sintió curado dispuso el santo volver a su ciudad de Montpellier. Pero al llegar a la ciudad, que estaba en guerra, los militares lo confundieron con un espía y lo encarcelaron.
Y así estuvo 5 años en la prisión, consolando a los demás prisioneros y ofreciendo sus penas y humillaciones por la salvación de las almas. Y un 15 de agosto, del año 1378, fiesta de la Asunción de la Virgen Santísima, murió como un santo. Al prepararlo para echarlo al ataúd descubrieron en su pecho una señal de la cruz que su padre le había trazado de pequeñito y se dieron cuenta de que era hijo del que había sido gobernador de la ciudad.
Toda la gente de Montpellier acudió a sus funerales, y desde entonces empezó a conseguir de Dios admirables milagros y no ha dejado de conseguirlos por montones en tantos siglos. Lo pintan con su bastón y sombrero de peregrino, señalando con la mano una de sus llagas y con su perro al lado, ofreciéndole el pan.
Que San Roque bendito nos libre de enfermedades, epidemias y contagios del cuerpo y del alma. Amén
Oremos
Señor, protege a tu pueblo con incansable bondad, y, por la intercesión de San Roque, líbranos de toda enfermedad del alma y del cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
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